lunes, 29 de agosto de 2011

Los Ocho Principios Básicos de la Terapia de Juego


Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-directivos son muy sencillos, pero de enormes probabilidades cuando son ejecutados con sinceridad, consistencia e inteligencia.

Los principios son los siguientes:
1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible.
2. El terapeuta acepta al niño tal como es.
3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño se siente libre para expresar sus sentimientos por completo.
4. El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño está expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.
5. El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar sus problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar cambios.
6. El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna. El niño guía el camino; el terapeuta lo sigue.
7. El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este es un proceso gradual y, como tal, reconocido por el terapeuta.
8. El terapeuta establece solo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación.

El terapeuta conviene en que la terapia no-directiva no es una panacea. Admite que, como todas las cosas, esto también tiene sus limitaciones, pero la experiencia acumulada indica que las implicaciones de este tipo de terapia son un reto y una inspiración para aquellos que están interesados en los problemas de adaptación.

Cuando un niño llega para terapia de juego, es por lo general debido a que algún adulto lo ha traído o enviado a la clínica para su tratamiento. El chico aborda otra singular experiencia en igual forma que afronta todas sus nuevas experiencias -ya sea con entusiasmo, temor, precaución, resistencia o cualquiera otra forma que sea típica de su manera de reaccionar ante nuevas situaciones-. El contacto inicial es de gran importancia para el éxito de la terapia. Es durante este contacto cuando se prepara el escenario, por así decirlo. La estructuración es presentada al niño, no solamente por medio de palabras, sino también con la relación que es establecida entre la terapia y el niño.

Tomado de el libro: "TERAPIA DE JUEGO" por M. Virginia Axline

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